Las cicatrices post-acné son marcas que quedan en la piel después de que las lesiones del acné han sanado. Estas cicatrices pueden variar en forma y tamaño, incluyendo cicatrices atróficas (hoyuelos o depresiones en la piel) y cicatrices hipertróficas (elevadas). Las cicatrices se forman cuando la piel se daña durante el proceso de curación del acné, especialmente si ha habido inflamación severa o manipulación de las lesiones. Aunque pueden ser difíciles de eliminar por completo, existen tratamientos disponibles para mejorar su apariencia, como láser, microdermoabrasión, peelings químicos y rellenos dérmicos.